“Un antes y un después”. Así es como Roberto Ríos, Coordinador de Pastoral del colegio Cardenal Raúl Silva Henríquez, definió su recorrido por el Camino de Santiago, ruta que recorren peregrinos procedentes de todas partes del mundo, con el fin de llegar a la ciudad de Santiago de Compostela, en España, donde se veneradas las reliquias del Apóstol Santiago. La tradición del recorrido se remonta a más de mil años, y por el han transitado figuras como San Francisco de Asís, San Ignacio de Loyola y el papa Juan Pablo II. Los peregrinos que recorren el camino lo hacen por una necesidad personal, el deseo de visitar el lugar donde reposan los restos del Apóstol. “Mi experiencia al hacer el camino fue una de las más hermosas de mi vida. Fui a España a hacer un master pero cuando se me presentó la oportunidad de hacer este recorrido no lo dudé”, contó Ríos. Roberto, junto a 26 compañeros del master en Ciencias de la Familia, provenientes de distintos países de América, emprendieron la aventura. Cada uno con una intención particular de fe y esperanza. Recorrieron 112 kilómetros a pie de los 980 que tiene el camino. “Es el fondo es rehacer el camino de tu propia vida. Es inevitable mirar en tu interior y redescubrirte como persona”, comentó. Roberto relató que en la colina de Monte do Gozo, lugar en que los peregrinos del camino ven por primera vez la catedral de Santiago de Compostela, existe un monumento al peregrino. Ahí tradicionalmente se hace una oración por la alegría de estar cerca de la meta. “Muchos dejan objetos como testimonios de su presencia. Yo quise dejar una de las pulseras que recibí en la ultima fiesta de la Fundación, un símbolo que reúne a todos sus alumnos, profesores y trabajadores que buscan construir una patria más justa”. La pulsera tiene inscrito el lema de la Pastoral Juvenil: “Dios te hace bien”.